domingo, 20 de octubre de 2013

LA ESTOA MEDIA

Durante los siglos 3 y 2 antes de Jesucristo los filósofos estoicos tendieron
marcadamente al eclecticismo, adoptando, entre otros, algunos elementos platónicos y
aristotélicos y apartándose del estoicismo ortodoxo. Impulsáronles a esto no sólo los
ataques de los académicos contra el dogmatismo de la Estoa, sino también el contacto
con el mundo romano, que mostraba mucho más interés por la aplicación práctica de
las doctrinas filosóficas que por las especulaciones teóricas. Las figuras principales
del estoicismo medio son Panecio y Posidonio.
1. Panecio de Rodas (c. 185-110/9 a. J. C.) vivió durante algún tiempo en Roma, donde
despertó el interés de Escipión el Joven y de Lelio por la filosofía griega e influyó
grandemente en el historiador Q. Mucio Escévola y en el historiador griego Polibio.
Cicerón se aprovechó de sus escritos, especialmente al componer los dos primeros
libros del De officiis.1 En 129, a. J. C. sucedió a Antípatro de Tarso como escolarca en
Atenas.
Panecio modificó, por una parte, varias de las doctrinas estoicas, y, por otra, no dudó
en separarse mucho del genuino espíritu de la Estoa. Mitigó así el «puritanismo» de
los primeros estoicos, admitiendo que la finalidad de la vida, para los hombres
vulgares, consiste tan sólo en el perfeccionamiento racional de su naturaleza
individual. Con ello, el estoicismo se hizo menos «idealista». Parece ser que Panecio
llegó a negar la existencia del hombre verdaderamente sabio, la meta soñada por los
antiguos estoicos, y que puso en primer lugar al «proficiente» (προκόπτων). Daba
también más valor a los bienes externos que lo que lo hiciera la genuina Estoa, y
rechazaba el ideal de la «apatía».
A la vez que modificaba de este modo la ética, echaba Panecio por la borda la teoría
estoica de la adivinación (mantenida por los primeros estoicos sobre la base filosófica
del determinismo), rechazaba la astrología y daba al olvido las doctrinas de la
conflagración universal y de la relativa «inmortalidad» del alma2. Con la teología
popular simpatizaba poco3. En sus doctrinas políticas parece haber sido influido por
Platón y Aristóteles, aunque propugnaba un ideal más amplio que el de aquellos dos
filósofos, de acuerdo con la doctrina estoica.
Al parecer, fue de Panecio de donde tomó Escévola su tripartición de la teología (cfr.
Varrón). Distinguía: 1) la teología de los poetas, antropomórfica y falsa; 2) la teología
de los filósofos, racional y verdadera pero impropia del uso popular, y 3) la teología de
los gobernantes, que conserva el culto tradicional y es indispensable para la educación
pública.4
2. El más importante de los discípulos de Panecio fue Posidonio de Apamea (c. 135-51
a. J. C.). Discípulo primeramente de Panecio en Atenas, Posidonio hizo después largos
viajes, por ejemplo a Egipto y a España, después de los cuales abrió una escuela en
Rodas en el año 97 a. J. C. Allá fue a oírle Cicerón en 78 a. J. C., y Pompeyo le visitó
dos veces. Sus obras se han perdido, y sólo muy recientemente, mediante el análisis
crítico de la literatura que se produjo bajo su influencia, se ha logrado tener alguna
idea —aunque no del todo clara— de la grandeza de Posidonio. Historiador y
geógrafo, racionalista y místico, reunió diversas corrientes filosóficas dentro de la
estructura de un monismo estoico, y trató de apoyar sus teorías con su gran saber
empírico, infundiendo a la vez en el total el calor de una inspiración religiosa. De ahí
que Zeller no dudara en llamarle «el espíritu más universal que hubo en Grecia desde
la época de Aristóteles»5. Proclo (en sus comentarios a Euclides) menciona siete veces
a Posidonio y su escuela a propósito de la filosofía de las matemáticas, por ejemplo al
tratar de las paralelas, de la distinción entre teoremas y problemas, y de los teoremas
sobre la existencia.
El monismo estoico es fundamental en la filosofía de Posidonio, y éste intenta explicar
en detalle la unidad orgánica de la Naturaleza. El fenómeno, del flujo y reflujo de las
mareas, causado por la luna, le reveló que entre todas las partes del sistema cósmico
reina una «simpatía». El mundo es una jerarquía de grados del ser, que va desde los
seres inorgánicos del reino mineral, pasando por las plantas y los animales, hasta el
hombre y, por encima de éste, hasta el dominio supraorgánico de lo Divino,
hallándose todo vinculado en un gran sistema, dentro del cual todos los detalles son
organizados por la Divina Providencia. Esta armonía universal y esta organización
estructural del universo postulan una Razón absoluta, un Dios que esté en la cima de
la jerarquía como omnipresente Actividad Racional6. El mundo está transido,
penetrado todo él por una fuerza vital (ζωτικὴ δύναμις) que procede del sol, y Dios
mismo es representado por Posidonio (que sigue en esto al estoicismo ortodoxo) como
un abrasador soplo racional. Por otra parte, contra su maestro Panecio, volvió a
afirmar Posidonio la doctrina estoica de la conflagración o ἐκπύρωσις, doctrina que
recalca el carácter monístico del universo.
Pero, aunque su filosofía fuese monista, Posidonio admitía cierto dualismo, sin duda
por influjo del platonismo. El universo se divide en dos zonas: el mundo supralunar y
el mundo sublunar. Mientras este último es terrestre y perecedero, aquel otro es
celeste e «indestructible», y sostiene al mundo inferior mediante las fuerzas que le
comunica. Mas estos dos mundos se unen en el hombre, que es el vínculo (δεσμός)
entre ellos7. Compuesto de cuerpo y espíritu, el hombre está en la frontera entre lo
perecedero y lo imperecedero, entre lo terrestre y lo celestial, y así como todo él es el
vínculo ontológico, así su conocimiento es el vínculo epistemológico que une en sí todo
conocimiento, el de lo celeste y el de lo terrenal. Y como el hombre, desde el punto de
vista corporal está en el grado más alto, así, pero a la inversa, está en el grado ínfimo
desde el punto de vista espiritual. En otros términos, entre el hombre y la Divinidad
Suprema están los «demonios» o seres altamente espirituales, que constituyen un
grado intermedio entre el hombre y Dios. No hay así solución de continuidad en la
jerarquía del universo, aunque persiste el dualismo. Este dualismo se acentúa en la
psicología de Posidonio, pues, aunque haga del alma, como los primeros estoicos, un
πνεῦμαinflamado—y por tanto algo material como el cuerpo— insiste después en la
distinción del alma y el cuerpo de una manera que recuerde a Platón. De esta suerte,
el cuerpo es un obstáculo que impide al alma el libre desarrollo de su conocimiento8.
Además, Posidonio adoptó la teoría platónica de la preexistencia del alma, lo cual,
naturalmente, acentuaba el dualismo; y admitió —contra Panecio— la inmortalidad
del alma. Claro que esta inmortalidad sólo podía ser relativa en la filosofía de
Posidonio, toda vez que éste había vuelto a aceptar la teoría estoica de la
conflagración. Su doctrina sobre la «inmortalidad» se atenía así a la de los primeros
estoicos.
A pesar de este dualismo en su concepción psicológica del hombre, Posidonio, influido
por Platón y Aristóteles, acentúa el aspecto jerárquico de su psicología general. Así,
las plantas, que según la Estoa primitiva poseen sólo φύσις y no φυχή, gozan de lo
ἐπιθυμτικόν, y también de la θρεπτικήy la αὐξητικἡ δύναμεις, mientras que los
animales poseen además τὸθυμοειδές, ἡαἴσθησις, τὸὀρεκτικόνy τὸ κινητικόν κατὰ
τόπον. El hombre, situado en un nivel superior al de los animales, posee τὸ λογισικόν
y también las facultades del λόγοςdel νοῦςy de la διάνοια.
Por tanto, aunque Posidonio admite el dualismo platónico, lo subordina en definitiva
a un monismo, influido por la teoría heraclitiana de la oposición en la armonía o la
unidad en la diferencia. Con este intento de sintetizar el dualismo y el monismo
representa una etapa del camino hacia el neoplatonismo.
En contraste con Panecio, Posidonio sostuvo de nuevo la teoría estoica de la
adivinación. Dada la universal armonía del Cosmos y supuesto el imperio del Hado, el
futuro puede adivinarse en el presente; añádase que la Providencia Divina no puede
haberles rehusado a los hombres los medios de adivinar los eventos futuros9. En
estados como el sueño y el éxtasis, el alma, libre del impedimento del cuerpo, puede
ver las relaciones subyacentes a los acontecimientos y adivinar el porvenir. Ya hemos
dicho que Posidonio admitía la existencia de «demonios»; creía también que el hombre
puede entrar en comunicación con ellos.
Propuso Posidonio una teoría sobre la historia o el desarrollo de la cultura. En una
primitiva edad de oro gobernaron los sabios, es decir, los filósofos (algo así como en un
rebaño dominan y rigen los animales más fuertes), y ellos fueron quienes inventaron
todas las cosas mediante las cuales pudo pasar el hombre de su primitiva y
rudimentaria existencia a unas condiciones más refinadas de civilización material.
Los sabios descubrieron el uso de los metales, las artes, la fabricación de
instrumentos, etc.10 En la esfera moral, al primer estadio de inocencia le siguió otro
de decadencia, y la preponderancia de la fuerza bruta hizo precisa la institución de las
leyes. Por ello, los filósofos, dejando a otros hombres el cuidado de idear nuevas
técnicas, se dedicaron a la tarea de mejorar la condición moral de la humanidad,primeramente dándose a la práctica de las actividades políticas y después
consagrándose a la vida especulativa, a la θεωρία. Pero todas estas actividades, desde
las más ínfimas hasta las más excelsas, no eran sino grados distintos de una única
sabiduría o σοφία.
Posidonio sintió interés también, por las cuestiones etnográficas, insistiendo en la
influencia del clima y del ambiente natural sobre el carácter y la manera de vivir de
las gentes, según había podido observarlo en sus viajes. Además, sus inclinaciones
empíricas le llevaron a extender sus actividades a un amplio campo de
especializaciones científicas, como por ejemplo en matemáticas, astronomía,
literatura e historia. Pero su rasgo más sobresaliente es el de su habilidad para
reducir su inmenso saber empírico a la unidad de un sistema filosófico, descubriendo
por doquier relaciones, armonías y acciones recíprocas y tratando de penetrar y hacer
ver la estructura racional del universo y el racional desenvolverse de la historia


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