domingo, 20 de octubre de 2013

NOTA SOBRE EL CINISMO EN EL PRIMER PERÍODO DE LA ÉPOCA HELENÍSTICA

Durante este período el cinismo tendió a ir perdiendo su carácter serio de búsqueda
de la independencia, represión de los deseos y aguante físico, y se fue dando más bien
a la burla fácil y chocarrera de los convencionalismos sociales, de las tradiciones, las
creencias y las actitudes corrientes. Desde luego que esta tendencia no faltó ya
tampoco en el cinismo primero —pensemos si no en Diógenes—, pero durante este
período de que hablamos ahora se manifestó a través del nuevo género literario de la
sátira o σπουδογέλοιον. En la primera mitad del s. 3 a. J. C., Bión de Borístenes,
influido por el cirenaísmo (había oído en Atenas las lecciones del cirenaico Teodoro)
propagó lo que vino a llamarse el «cinismo hedonista» mediante sus «diatribas»,
insistiendo en lo feliz y agradable de la simple vida que llevaban los cínicos. Teles,
que enseñó en Megara hacia el 240 a. J. C., imitó a Bión en la composición de tales
«diatribas»—piezas populares y anecdóticas— tratando de lo aparente y lo real, de la
pobreza y de los ricos, de la «apatía» cínica, etc.
Menipo de Gadara (hacia el 250 a. J. C.) creó la sátira, en la que combinaba el verso
con la prosa, criticando de diversos modos —por ejemplo a base de fingir descensos al
Hades, cartas a los dioses, etc.— la filosofía natural y el saber especializado, y
mofándose de las idolátricas honras rendidas a Epicuro por sus discípulos. Fue
imitado por Varrón, Séneca en su Apocoloquintosis, y Luciano.
Cércidas de Megalópolis, autor de meliambos, empleó el mismo tono satírico,
declarando, por ejemplo, que dejaba a los πετεωροσκόποι el solucionar la delicada
cuestión de por qué Cronos se muestra con unos como padre y con otros como
«suegro».

No hay comentarios:

Publicar un comentario