domingo, 20 de octubre de 2013

NOTA SOBRE LOS PERIPATÉTICOS MÁS ANTIGUOS

La Academia antigua continuó las especulaciones matemáticas de Platón; los
primeros peripatéticos siguieron la tendencia empírica de Aristóteles, adhiriéndose
fuertemente a la posición general de su Maestro, aunque hicieron ligeras
modificaciones y desarrollaron algunos puntos, p. ej., en el campo de la lógica. Así,
Teofrasto y Eudemo de Rodas sostuvieron con fidelidad las doctrinas metafísicas y
éticas de Aristóteles, sobre todo Eudemo, que fue calificado por Simplicio de
γνησιώτατος entre todos los discípulos del Estagirita30. Teofrasto defendió con ardor la
doctrina aristotélica de la eternidad del mundo, contra Zenón el estoico.
Teofrasto, natural de Eresos, en la isla de Lesbos, sucedió a Aristóteles en la dirección
de. la escuela peripatética (322/1) y ocupó este cargo hasta su muerte (288/7 o
287/6)31. Se distinguió principalmente como continuador de los trabajos de Aristóteles
en el terreno de la ciencia empírica. Dedicado en especial a la botánica, las obras que
sobre esta materia escribió hicieron de él una autoridad hasta finales de la Edad
Media, mientras que en sus estudios zoológicos parece que se percató, entre otras
muchísimas cosas, por ejemplo, de que los cambios de color en el mundo animal se
deben, en parte por lo menos, a una «adaptación al medio ambiente». Estudioso de
amplias miras, como el mismo Aristóteles, compuso además Teofrasto una historia de
la filosofía (las famosas φυσικῶν δόξαι [opiniones de los físicos]) y otros escritos sobre
la historia y la naturaleza de la religión: Περὶ θεῶν [Sobre los dioses], Περὶεὐσεβείας
[Sobre la piedad], Περὶτὸ θεῖον ἱστορία[Investigación acerca de lo divino]. De todas
estas obras sólo parte de la historia de la filosofía y algunos extractos del Περὶ
εὐσεβείαςcitados por Porfirio32 han llegado hasta nosotros.
Persuadido Teofrasto de que todos los seres vivos tienen parentesco entre sí,
rechazaba el sacrificio de animales y la consumición de carnes, y sostenía que todos
los hombres están unidos por unos vínculos más íntimos que el de ser miembros de
sus respectivas naciones. Es digna asimismo de mención su conocida obra Los
caracteres, estudio de treinta tipos distintos, o «maneras de ser», de los hombres.
Aristóxeno de Tarento aportó a la Escuela peripatética algunas de las últimas teorías
pitagóricas, por ejemplo la de que el alma es la armonía del cuerpo, doctrina que
indujo a Aristóxeno a negar la inmortalidad del alma33. Hízose con ello el campeón de
la opinión sugerida por Simias en el Fedón platónico. Pero en sus trabajos empíricos
sobre la naturaleza y la historia de la música siguió los pasos de Aristóteles.
La teoría de Aristóxeno acerca del alma fue compartida por Dicearco de Mesenia34,
que compuso una βίος Ἑλλάδος en la que presentó el desenvolvimiento de la
civilización griega a través de las etapas del salvajismo primitivo, la vida nómada y la
vida de los agricultores. Se apartó de Aristóteles en cuanto que otorgó preferencia a la
vida práctica sobre la vida teorética35.35 En su Τριπολιτικόςdeclaraba que la mejor
Constitución es una mezcla de los tres tipos de gobierno: monarquía, aristocracia y
democracia, y consideraba que este tipo de Constitución mixta se había realizado en
Esparta.
Demetrio de Fáleron, discípulo de Teofrasto y fecundo escritor36, se distinguió por sus
actividades políticas (fue jefe del gobierno ateniense desde el año 317 hasta el 307) y
por haber urgido a Ptolomeo Soter a que fundara la biblioteca y la Escuela de
Alejandría (donde Demetrio mismo se retiró hacia el año 297). Realizado el proyecto
por Ptolomeo Filadelfo, sucesor de Ptolomeo Soter, poco después del 285, Demetrio fue
el eslabón entre la obra del peripatetismo ateniense y los trabajos de investigación
científica que emprendieron los griegos en Alejandría, ciudad que habría de
convertirse, con el tiempo, en célebre foco de erudición y enseñanza.

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