domingo, 20 de octubre de 2013

Los problemas filosóficos

¿Cuáles son los problemas filosóficos? Es casi imposible dar una respuesta
porque, al parecer, no hay uniformidad entre los filósofos acerca
de cuál sea el objeto o campo de estudio de la filosofía; sin embargo,
revisando las distintas aportaciones de esos filósofos, encontramos las
siguientes afinidades:
• Los problemas de que se ocupan han sido de inquietud constante;
por ejemplo, los que se refieren al ser, la existencia, el sentido de
la realidad, el valor de la vida, etcétera.
• Los problemas que les interesan son básicos, de manera que su
explicación nos permite entender varios aspectos del Universo
en general o, por lo menos, de un determinado campo.
Tomando en cuenta dichas afinidades, podemos decir que los problemas
filosóficos tienen las siguientes características:
• Se han mantenido constantes en el decurso de los tiempos como
problemas, no como soluciones.
• Se refieren a aspectos fundamentales del Universo en general o, por
lo menos, de un cierto dominio.
• Son universales, es decir, pretenden ayudarnos a que tengamos una
concepción general del mundo y de la vida.
Las características anteriores diferencian los problemas filosóficos de
los científicos. Estos últimos carecen de universalidad, pues su solución
no afecta la totalidad de los campos, sino exclusivamente a uno; por
ejemplo, a lo físico, a lo biológico, etcétera. Además, los problemas cien-
tíficos son verificables, en caso de pertenecer a las ciencias experimentales y,
si se formulan dentro de una ciencia deductiva, son demostrables mediante
una derivación lógica rigurosa, partiendo de axiomas, teoremas y reglas de
inferencia. Una tercera característica es que dichos problemas no se refieren a
la esencia misma de los seres afectados, sino solamente a fenómenos observables.
Ejemplo de problema científico: ¿En qué dirección se ejerce la fuerza
gravitatoria entre dos cuerpos?
En oposición a los problemas científicos, los filosóficos siempre
pretenden abarcar una totalidad, directa o indirectamente; no son verificables
y se refieren a propiedades trascendentales, o bien, a aspectos
esenciales o fundamentales. Ejemplos de problemas filosóficos: ¿Qué es
la vida? ¿Qué es el tiempo?

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