domingo, 20 de octubre de 2013

Los presocráticos

El presente apartado está dedicado a estudiar el problema que más preocupó
a los presocráticos, es decir, a los representantes del primer periodo de
la filosofía griega (probablemente también hayan tenido filosofía otras culturas
de la Antigüedad, pero no tocaremos ese asunto). Muy conveniente
será que, antes de abordar el tema principal, recordemos las circunstancias
en que vivía Grecia cuando surgió el pensamiento filosófico.
El entorno que enmarca la aparición y el desarrollo de la filosofía griega
comprende varios aspectos: histórico, geográfico, político, social y cultural.
Históricamente, la filosofía se inicia a finales del siglo vii y principios
del vi a. c. Para esos momentos, en Grecia ya se habían delimitado ciertas
zonas de dominio. Los aqueos quedaron establecidos en Arcadia y Chipre;
los jonios, en el Ática, las islas Cícladas y la costa central de Asia menor;
y los eolios, en Beocia, Tesalia y la región de Troya. Además de los conflictos
por motivos hegemónicos entre Atenas y Esparta, los movimientos bélicos
más significativos fueron dos: el de las Guerras Médicas y el de la invasión
macedónica. El primero surgió cuando los colonos griegos del Asia
Menor rehusaron someterse al dominio persa de Darío I. Dicho conflicto
tuvo lugar en el siglo v a. C., el siglo de Pericles, y terminó, después de
algunas derrotas, con la victoria de los griegos en Salamina. Esto provocó
que Atenas consolidara su hegemonía.
El segundo movimiento fue el de la invasión de Filipo de Macedonia,
en el año 338 a. C. La fácil victoria de Filipo en Queronea se debió en parte
a la crisis en que se encontraban las polis griegas. Con este hecho se inicia
la época helenística, en la cual el mundo griego se incorporó a una autoridad
política más amplia, circunstancia que permitió la helenización de un
territorio inmenso.
En cuanto a la situación geográfica, el mundo helénico se desarrolló
en torno al mar Egeo en un espacio muy fragmentado. Dicho espacio es
costero en parte y también comprende terrenos cruzados por montañas,
lo cual hace que los valles formen regiones adecuadas para un modo de
vivir muy singular. Cuando se establecieron los griegos en esas regiones,
se agruparon en pequeñas aldeas; al unirse las aldeas de cada región se
originó una ciudad, la cual se constituyó en Estado. Estas ciudades-Estado
eran completamente independientes, ya que cada una tenía su gobierno,
sus leyes, su ejército y sus recursos propios.
En el ámbito político, los griegos, especialmente los atenienses, transitaron
de la monarquía a la democracia, pasando por la aristocracia. En un
principio todo el poder —político, religioso y militar— estaba concentrado
en el basileus (emperador); en una segunda etapa, los nobles fueron aumentando
cada vez más su injerencia en el poder; finalmente, en el siglo v con
Pericles, la democracia se volvió realidad, ya que hasta los thetes (los más
pobres) reunidos en la Asamblea intervenían en la dirección del Estado.
En lo que se refiere al aspecto social, en la Grecia de la etapa anterior al
periodo clásico de la filosofía encontramos una sociedad aristocrática, agrícola
y guerrera. La colectividad estaba dividida en dos clases: la nobleza y el
pueblo. La primera gobernaba en tiempo de paz y conducía al pueblo en
tiempos de guerra; mientras la segunda trabajaba y proveía de soldados.
En el entorno cultural había, a la vez, varios aspectos que se deben
tomar en cuenta.
El de los ideales. Para el griego de los siglos viii, vii y vi a. C., las máximas
aspiraciones eran la nobleza del linaje, el éxito y la fama. Conviene recordar
que solamente los nobles eran depositarios de los ideales morales y
de la virtud en general.
El de la educación. En este terreno no existía un sistema organizado, pues
la tarea educativa fue quedando en manos de los poetas —en especial
Homero—. Para los griegos (siglos ix y viii a. C.), Homero fue un maestro
en cuya obra aprendieron moral y todo lo que creían saber.
El de la religión y la teología. La cultura griega no disponía de libros sagrados.
En las obras de Homero y Hesíodo fue donde el griego conoció la
organización de los dioses y sus formas de comportamiento. La conducta
de los dioses, que incluía robos, adulterios, etcétera, iba de acuerdo con
la moral aristocrática.
En conclusión, en una sociedad donde no había igualdad ni justicia,
pero que poseía una sabiduría popular mítica, surgió la filosofía como
una crítica a esa sabiduría y a esas conductas.

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